
¿Qué es la pobreza?
¿Por qué se produce?
¿A quiénes afecta?
¿Cómo los afecta?
¿Cómo y para qué se mide?
¿Para qué sirve medir la pobreza?,
¿Qué relación hay entre pobreza y salud?
¿Qué es la llamada cultura de la pobreza?
Son algunas de las preguntas que podemos hacernos para pensar y repensar en torno al problema de la pobreza.
¿Qué es la pobreza?: Es necesario tener en cuenta que cuando hablamos de pobreza en realidad estamos hablando de personas que están en desigualdad, que sufren la injusticia social y que tienen sus derechos vulnerados.
La pobreza atraviesa y marca la vida cotidiana y las expectativas de vida de las personas, las vulnera y las vuelve frágiles porque afecta sus posibilidades de educación, de alimentación, de enfermerarse y de curarse, de crecer, de conseguir trabajo, de no pasar frío. Encierra fragilidad y ruptura de los lazos sociales, tanto comunitarios, institucionales como familiares.
La pobreza a su vez, ayuda a que se generen muchas otras situaciones conflictivas, deteriorando progresivamente varias dimensiones de la vida de las personas en esa situación, como la violencia familiar, adicciones, deserción escolar, trabajo infantil, desnutrición, e incluso la muerte. Estas otras situaciones si bien no están solamente determinadas por la pobreza, sí están favorecidas por ella.
Como fenómeno, la pobreza, está relacionada con factores económicos, materiales, sociales, políticos, culturales, afectivos, etc. que suman a que sea un problema complejo.
Por lo menos existen 11 formas posibles de interpretar a la pobreza: “necesidad, estándar de vida, insuficiencia de recursos, carencia de seguridad básica, falta de titularidades, privación múltiple, exclusión, desigualdad, clase, dependencia y padecimiento inaceptable”8.
¿Por qué se produce la pobreza? Básicamente, la pobreza es consecuencia de la injusticia y la desigualdad. Es, fundamentalmente, el fruto de un desarrollo contradictorio, por el cual los ricos se hacen cada día más ricos a costa de los pobres cada vez más pobres. La pobreza es hoy endógena, es interna al sistema y producto del mismo.
Parte de un modelo de desigualdad entre quienes están bien o mejor y aquellos que están socialmente en desventaja, que se encuentra en todos los países, para todos los grupos humanos, y para todo tipo de situación como la salud, la educación, la vivienda, etc.
El 40% de los hogares de ingresos más bajos solo perciben entre el 9 y el 15% del ingreso en todos los países, con la excepción de Uruguay donde dicha proporción supera al 21%, mientras que el 10% de los hogares con ingresos más altos perciben ingresos que equivalen a 20 veces los ingresos del 40% más pobre.
La distribución de ingresos se deterioró particularmente durante los años 80 y mejoró levemente durante la recuperación de los años 90. Sin embargo, el comportamiento fue desparejo en el sentido que el deterioro asociado al ajuste, no fue compensado plenamente durante la recuperación.
Los pobres sufren cuando la economía se deteriora, mientras los estratos de mayores ingresos logran compensar los efectos de los shocks e incluso, aumentar su participación en el ingreso total. Durante la recuperación, la pobreza disminuye y aumenta la participación de los pobres en el ingreso, pero en menor medida que lo que obtienen los hogares de mayores ingresos. En ambas coyunturas los grupos medios son los más afectados al deteriorarse tanto o más que los pobres y al no mejorar en igual medida en las bonanzas. Se produce entonces una transferencia de ingresos desde los grupos medios hacia los pobres y hacia los ingresos altos. Como consecuencia, se profundizan las distancias entre estratos y la cohesión social se debilita al dificultarse la movilidad.
¿A quiénes afecta la pobreza? Antes que nada es necesario destacar que la pobreza no tiene que ver con cuestiones individuales o personales, sino que es un problema social que se genera como consecuencia de decisiones a nivel político, económico, etc. y que se puede resolver con voluntad y decisión gubernamental.
Sin embargo, en términos generales, la pobreza afecta en mayor proporción a las mujeres, a los niños y a los jóvenes. Están más expuestas las personas que nacieron y crecieron en contextos familiares y comunitarios de pobreza, con bajo nivel educativo, con baja calificación laboral, con trabajos precarios o inestables, los que no cuentan con protección o seguridad social, los que tienen dificultades en su salud que les complica la obtención de un trabajo, con débiles redes sociales y familiares, con bajos ingresos y muchas personas a cargo, entre otros factores.
¿En qué afecta la pobreza? La pobreza afecta todos los aspectos de la vida diaria de las personas: en las desigualdades y las carencias, en las necesidades no satisfechas, en la falta de expectativas de trabajo, etc. Colabora para que se produzca el abandono o la repitencia escolar, disminuye las posibilidades de acceso a servicios sociales, hace más factible la discriminación laboral.
Potencia todas las situaciones malas que una persona podría atravesar a lo largo de su vida. Tener frío o calor, pasar hambre, enfermarse de enfermedades prevenibles sin poder prevenirlas, no poder estudiar, tener una casa precaria, disponer de pocas o nulas posibilidades de conseguir mejores puestos de trabajo, e incluso morir de enfermedades curables y tratables.
¿Cómo y para que se mide la pobreza?: Cuando medimos la pobreza hay que preguntarse ¿Qué nos dicen esos números? El número por sí solo no refleja lo que la situación implica, por la propia complejidad que encierra la situación de pobreza.
Si bien existen muchas definiciones de pobreza, cada una de ellas presta atención a distintas cuestiones para medir la pobreza. En general los términos más asociados con la pobreza son “necesidad”, “estándar de vida” e “insuficiencia de recursos”.9
Ahora bien, la pobreza se mide principalmente de dos maneras: el índice de necesidades básicas insatisfechas (NBI) y la línea de pobreza (LP).
El NBI, parte de una concepción de pobreza como necesidad y se limita a considerar unas pocas necesidades específicas que no se reflejan en el nivel de ingresos de un hogar, dejando de lado otras fuentes de bienestar. Es un método directo1 por medio del cual es posible caracterizar a la población en términos de insatisfacción de determinadas necesidades básicas. Esas necesidades están previamente definidas en 5 indicadores: hacinamiento, vivienda, servicios básicos, educación básica y capacidad económica. Como resultado, se consiguen mapas de pobreza que permiten ubicarla espacialmente según su rango y variedad. Sus fuentes de información son los censos de población y vivienda, por ese motivo el tipo de necesidades que puede estudiar es limitado2. En conclusión, es un método de caracterización y no de medición de pobreza.
Por su parte, el método de LP, mide la pobreza a partir de la consideración de una canasta básica de alimentos, que cumple con determinados requisitos nutricionales, tomando como parámetro un posible estándar de vida. Es un método indirecto3 por medio del cual “(…) se clasifica como pobres aquellas personas u hogares con un ingreso insuficiente para adquirir bienes y servicios cuyo costo está determinado por una línea de pobreza (Feres y Mancero; 2001). Se basa en el consumo o ingreso corriente. Identifica a los hogares pobres considerando al ingreso como única fuente de bienestar. Al basarse en una canasta de alimentos, como método sólo alcanza a medir la pobreza alimentaria.
En conjunto, ambos métodos, proceden como si la satisfacción de las necesidades de una persona u hogar dependiera de determinadas fuentes de bienestar, manteniendo una concepción parcial de la pobreza. No alcanzan a medir la intensidad, profundidad y dar cuenta de la multidimensionalidad de la pobreza. Por lo tanto, de ninguna manera son suficientes ni permiten realizar diagnósticos en profundidad de las condiciones de vida de las personas o sus hogares, y deben utilizarse como procedimientos complementarios, más que alternativos. (Boltvinik; 2000)
Entonces, teniendo en cuenta los alcances de los métodos de NBI o LP, si bien como resultado de un proceso de medición brindan números, éstos no reflejan la complejidad de la pobreza, y sólo muestran algunos aspectos del fenómeno. No llegan a contemplar que la pobreza implica y determina vulnerabilidad y exclusión, porque es una gran situación de desventaja de la que sin apoyos externos resulta claramente imposible salir de esa condición.
¿Cuál es la relación entre pobreza y salud? La pobreza regula la forma de vivir, enfermar y morir. Las personas que viven en la pobreza sufren mayor número de enfermedades, tienen tasas de mortalidad más alta, viven menos años y tienen grandes dificultades para acceder a los servicios de salud. A quienes están en mejores niveles sociales y económicos, les va mejor.
Desde una perspectiva internacional y comparada, los países más pobres tienen indicadores de salud mucho más deficientes que los más ricos. Esta injusta situación se da en un mundo en el que la brecha entre los más pobres y los más favorecidos, tanto entre las personas como entre los países, se amplía cada vez más.
El estado de salud de las personas depende de múltiples factores que se conocen como los determinantes sociales en salud, e incluyen:
– el medio ambiente general y cultural de la sociedad;
– las condiciones de vida y trabajo de los miembros de la sociedad;
– la vivienda inadecuada, con falta de saneamiento o hacinamiento;
– el ambiente de trabajo inseguro;
– falta de acceso a los servicios de salud;
– falta de acceso a la educación.
Estos factores determinan las condiciones sociales concretas en las cuales las personas viven y trabajan o “las características sociales dentro de las cuales transcurre su vida”.
El mapa de la pobreza o indigencia de cualquier país del mundo, de cualquier provincia, ciudad o pueblo coincidiría con el mapa de enfermedades como la tuberculosis, chagas, malaria, paludismo, desnutrición infantil, etc. y muchas otras enfermedades asociadas a esta situación de desigualdad.
La polarización económica coincide con la polarización socio-epidemiológica, debido en gran parte a la profundización de las desigualdades sociales, dada la concentración de la riqueza en un grupo minoritario; la regresión sanitaria, que se expresa en el repunte de enfermedades anteriormente erradicadas y/o controladas, y la emergencia de pandemias, como el VIH-SIDA y la violencia, que se combinan con pobreza y un gran número de habitantes sin acceso a servicios de salud.
Sólo para citar un ejemplo, los niños que trabajan están expuestos al excesivo calor o frío, humedad e insalubridad, lo que favorece la transmisión de enfermedades. Una inadecuada nutrición puede provocar, entre otras severas falencias, retrasos madurativos, limitando el desarrollo del cerebro y otros componentes del sistema nervioso central. Es posible que padezcan trastornos músculo-esqueléticos a causa de riesgos ergonómicos, alteración respiratoria y gastrointestinal, dolores de cabeza, fatiga y problemas de visión, entre otras alteraciones o problemas en su estado de salud.
CULTURA DE LA POBREZA
La cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman y también canaliza sus necesidades, podemos decir finalmente que es SU FORMA DE VIDA…
Suele identificarse la cultura de la pobreza como aquellos hábitos, relaciones y procesos sociales propios de un sector social el de los pobres pero dicha visión oculta varios problemas…
En primera instancia al dar por sentado que es la forma de vida de los pobres se naturaliza el concepto y se oculta el entramado social, histórico, político y económico existente entre los distintos grupos sociales.
Por otra parte se toma a dicha expresión cultural como una forma inferior de “la cultura” desde los criterios sostenidos por grupos mejor posicionados en la escala social.
También se informa sobre la caída de los lazos sociales .las relaciones ayuda mutua en los grupos, las familias y las comunidades, en particular entre los sectores más vulnerables
Complementariamente en las políticas sociales vigentes se suele partir de la idea que da por sentado la desaparición de las redes y rituales sociales en particular los que tienen que ver con la solidaridad…
Se pone en ausencia el CARÁCTER INTEGRAL del problema y se trata de “atacar” simplemente algunos de sus síntomas (indigencia, violencia etc.) con acciones de carácter focal que no interpelan la desigualdad ni la exclusión del modelo vigente, en sus aspectos económicos pero tampoco en lo SOCIOCULTURAL…
El modelo económico resulta eficaz
¡ No solo por su ordenamiento socioeconómico sino también por la REPRODUCCIÓN CULTURAL del mismo en múltiples estratos
¡ La llamada PATA SOCIAL es la que valida al sistema con relaciones de exclusión-inclusión a través del consumo…
Pensemos en la existencia de “mecanismos” e instituciones que RE-PRODUCEN ESTE MODELO…
¡ La educación que dejó de ser pública para ceñirse a los pobres
¡ La salud pública reducida a una mínima expresión
¡ La previsión social extendida en su cobertura pero discriminando a los pobres
¡ La política al servicio de intereses meramente personales
¡ La crueldad del modelo del consumo como SUEÑO PARA ALCANZAR LA FELICIDAD DENTRO DEL SISTEMA
¿QUÉ HACER?
Recuperemos el espacio de la política y de la micropolítica que tiene que ver con las relaciones sociales que establecemos donde vivimos, sufrimos, defendemos nuestros derechos, profesamos un credo, estudiamos, trabajamos, disfrutamos y también enfermamos…
FRENTE AL “CRIMEN ORGANIZADO” DE LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL
Existe la posibilidad de un pueblo “organizado” tras supuestos humanistas que no participen del juego cruel propuesto por la cultura dominante…
NO SE TRATA ENTONCES DE TRABAJAR SOLO CON LOS POBRES…
¡ Resulta necesario abarcar a todo el tejido social dado que la problemática de la pobreza es de la sociedad en su conjunto y no solo de un sector como nos quieren hacer creer.
¡ Los esfuerzos deben ser asumidos y encarados por todos sus miembros



