Aportes para el debate gerontológico
ANTE LA CRISIS
CORRESPONDE UNA MAYOR CALIDAD INSTITUCIONAL
PARA ENFRENTAR LOS PROBLEMAS DE LOS MAYORES
Sumario:
La crisis financiera internacional repercute en el ámbito de las políticas orientadas a los adultos mayores, re-significando los logros o los fracasos de épocas precedentes, pone sobre el tapete la textura y perfiles de las herramientas utilizadas y los actores implicados en su desarrollo.
La crisis no inhibe el uso innovativo de los recursos por el contrario demanda la realización de CAMBIOS para poder enfrentarla con la intención de superarla o al menos atravesarla...
“Quien esta acostumbrado a pensar, no suele ser dócil,
pero terminará siendo apto tácticamente.
Y cuando el partido pida algo extraordinario, sabrá responder al mandato de la intuición,
Sin mirar al banco con los ojos vacíos,
para que el entrenador le preste un trozo de cerebro
Jorge Valdano
Para qué , por qué y desde dónde hablamos...
Desde nuestro modesto espacio de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología (S.I.G.) venimos advirtiendo hace varios años, sobre la insuficiencia de las intervenciones cuando no la complicidad con un estado de cosas insatisfactorio para los mayores, por parte de los dispositivos institucionales clásicos, incluiyendo los pretendidamente especializados con la falta de contextualización de las acciones y la persistencia en el uso de categorías elementalistas, insuficientes para analizar o intervenir ante problemáticas complejas como son las del envejecimiento.
Hemos señalado, oportunamente, sobre la necesidad del advenimiento de una post-gerontología, que supere los lastres de la gerontología clásica incluyendo la autodenominada como “social” y últimamente desde la misma comprensión sostenemos el planteo de una GERONTOLOGÍA CRÍTICA E INTEGRAL que incluya en su accionar no solo la prolija y a veces obsesiva descripción “taxonómica” de los problemas sino también el desarrollo de ámbitos de intervención tradicionales y no tradicionales, sobre la base de una lógica que suponga un gran desplazamiento desde la institución, la clínica y/o el consultorio hacia la comunidad como aquel espacio en el cual los mayores viven, gozan, padecen, defienden sus derechos y finalmente van a morir..
Nuestras intervenciones procuran la transformación, sin desmerecer con ello, los avances científicos, las innovaciones ni las investigaciones, pero tampoco absolutizan ni autonomizan las capacidades técnicas , por el contrario estamos advertidos de las formas de reproducción social por las cuales, en muchas oportunidades, son los mismos profesionales, quienes terminan parafraseando las inequidades del ambiente circundante, en ocasiones por temor a contrariar los discursos dominantes y en otras por hacerse participes de las seducciones y beneficios del poder.
Esbozada en alguna medida nuestra posición; en un ambiente cultural donde la “transparencia” apenas ocurre y la mentira no es penalizada socialmente, demandamos una mayor explicitación de los cometidos sostenidos por aquellos con quienes confrontamos a través de nuestros planteos y también con nuestras prácticas...
La crisis y las instituciones oficiales...
En el campo de la gestión de gobierno y muy particularmente en el espacio de las instituciones abocadas a diseñar, coordinar y/o instrumentar políticas sociales para mayores, resulta frecuente hacer coincidir los períodos de “Vacas Flacas” con una serie de condiciones y circunstancias caracterizadas por la inercia institucional, la falta de innovación y el acotamiento de los gastos, poniendo como norte discursivo, la racionalidad y la eficiencia en el uso de los recursos oficiales.
Se suele justificar tal postura en apariencia conservadora en razones de orden práctico ligadas a la escasez general de recursos, en particular aquellos de naturaleza económica.
La supuesta situación económica que motivaría dicha inmovilidad gestionaria, no justificaría “per. se” la asunción de dichas acciones, por el contrario dichos argumentos son utilizados como un velamen que se despliega para encubrir decisiones institucionales asumidas por funcionarios predispuestos a las respuestas esclerosadas, con gran incapacidad para reaccionar ante las crisis y los cambios situacionales.
Es decir que durante las crisis y también en ausencia de las mismas, son aquellos funcionarios que tienen en común la instantánea adhesión al poder de turno, quienes se ven en la “obligación” de cruzar los océanos donde se alternan calmas, incertidumbres y marejadas, cuyos desempeños afectarán a sectores importantes de la población sumidos en situaciones de gran vulnerabilidad.
La falta de capacidad crítica y analítica, la ausencia de métodos de planificación estratégicos y situacionales y por lo común un desempeño histórico de bajo nivel en la gestión de la cosa pública, por parte de los citados “empleados”, terminan haciendo predecibles los fracasos de muchas de las instituciones oficiales, en medio de las crisis.
A ello se suma que dichas organizaciones sostenidas por el poder de turno con una visión patrimonialista, van a condicionar el desempeño de los estamentos de ejecución de las políticas sociales, los que “re-producen” dinámicas no resolutivas de las necesidades sociales, generando cierto nivel de complicidad con la voluntad de invisibilizar el número e intensidad los fenómenos que deben resolver (por ejemplo la pobreza, la enfermedad o la dependencia en cualquiera de sus tramos),
La legitimidad convalidada a través de la pasividad y el acatamiento acrítico de la gran mayoría de los miembros permanentes de las instituciones, respecto de las distintas directivas recibidas , también justifican la escasa efectividad de las acciones emprendidas dentro y fuera de los períodos de crisis.
A la variable CRISIS EXTERNA hay que agregar que muchas de las instituciones se encuentran en CRISIS INTERNA por factores históricos que no han sabido o podido visibilizarse oportunamente.
La falta de consideración de las instituciones como “todos” conformadas por una enorme complejidad de agentes y factores sumado a la brutal sectorización dentro del mismo campo problemático, las convirtió en islas que nunca pudieron asumirse como archipiélagos con similares orígenes, generando entre sus miembros identidades excluyentes y excluídas, las que terminaron potenciando los problemas por resolver y por definición de común competencia.
Resulta un exagerado y casi imposible esfuerzo para la imaginación, suponer que aquellos funcionarios entrenados y condicionados con la obediencia debida puedan trocar en hábiles y creativos pilotos de tormenta para atravesar los “agujeros negros” de las crisis, por el contrario, pretenderán perpetuar sus espacios de poder, esperando recibir, inútilmente, desde arriba los manuales de procedimientos para sortear las crisis...
La apelación a una mejora en la Calidad de la Gestión Institucional, formulada desde el máximo nivel de conducción política del País, con antelación a la emergencia de la actual crisis económica y financiera a escala internacional, no ha perdido vigencia por el contrario debe ser una condición y objetivo por garantizar, durante y a posteriori de ocurrida, la actual situación de emergencia.
Es decir que la calidad no resulta indicada exclusivamente durante períodos de “vacas gordas”, también es insumo crítico durante las etapas de las “vacas flacas...”.
Apuntes sobre una concepción ingenua de la Calidad Institucional
Como bien plateaba Julio Cortazar en “Alambradas Culturales” importa mucho descifrar en que contexto y bajo que condiciones se hace uso de las ideas, no es lo mismo haber dicho derechos humanos durante El Proceso Militar como hacer dicha mención, en la actualidad...
La problematización de un concepto, en este caso: “CALIDAD INSTITUCIONAL” abre un conjunto vasto de significaciones que conducen a su enriquecimiento y también pueden facilitar su operacionalización .
Las concepciones no operan aisladas de las prácticas a través de las cuales se operacionalizan y existe un funcionamiento “recursivo” por el cual se entremezclan los momentos en los cuales las prácticas y las teorías se justifican mutuamente
Existe una tradición que ubica a este “dispositivo” , como un complejo de matriz “custodial” conformado por instituciones, prácticas, conocimientos, instrumentos, discursos y saberes,, por lo general en manos de consultoras y certificadoras, en su gran mayoría internacionales, las que se encuentran “acreditadas” para observar y controlar el cumplimiento de los estándares requeridos y muchas veces sugeridos por esos mismos dispositivos, en general en beneficio de unos pocos...
La pretensión de “cientificidad” opera como pátina inexorablemente aplicada para ubicar dichas argumentaciones “en un afuera de toda crítica”, que no provenga de encriptados espacios científico-técnicos. Por ello se da un automático NO A LUGAR de todo lo que siembre alguna duda sobre sus planteos, desde el espacio de los legos
Cabe la pena replantearse si el objetivo es “mantenerse vivo” sin importar los efectos del uso intensivo de tecnologías agresivas, para llegar a la próxima estación en aras del progreso científico o repensar el conjunto de condiciones que conforman una práctica, alentando la discusión y el debate sobre los criterios que sustentan los aspectos a ponderar operativamente.
Se plantea un alerta sobre el contenido ético implícitio en la utilización de cualquier tecnología. Es decir que no solo importa analizar y explicar porqué se producen ciertos fenómenos sino también para qué ocurren... Sentido o finalidad ulterior acompañan a toda respuesta técnica, científica en especial en sus consecuencias prácticas.
Pasando en limpio todo esto, no se trata de poner en cuestión los argumentos ni sustentos téoricos del discurso de la calidad sino por el contrario analizar a título de qué intereses operan su implementación y desarrollo, así como su contextualización en la realidad nacional y latinoamericana.
Muchas veces el citado “barniz” de la calidad fue utilizado con el solo fin de diferenciar y distinguir , potenciando paradojalmente situaciones de exclusión, por lo general en desmedro de la extensión y/o universalización de los beneficios y alcances de muchas prácticas, postergadas en los medios locales.
La tradición de sesgo normativista de la calidad a pesar de las proclamadas intenciones de auspiciar la mejora de los servicios; comunmente, se puso al servicio de la impugnación descalificatoria de sectores y servicios, haciendo muy poco por la inclusión de los mismos en esferas confiables y aceptables.
En sus efectos prácticos, la Calidad poco hizo para garantizar esquemas democráticos y dialógicos para la resolución de los problemas y la promoción de niveles ascendentes de la gestión.
La calidad no pudo sostener una estrategia que superara tales límites dentro de los espacios reservados a sectores privados , cuya lógica fundante más que el argumento de la eficiencia facilitó el concepto de extensión del mercado.
La calidad colaboró con argumentos técnicos con la empresa de la privatización de los espacios públicos y pudo corroborarse en el tiempo que la competencia aún la calificada como “sana”, no condujo necesaria y exclusivamente a la mejora continua...
Un voto renovado en favor de la Calidad Institucional
A esta altura del presente escrito nos toca explicitar, entonces, las formas desde las cuales recreamos el concepto de la “CALIDAD INSTITUCIONAL”
Desde nuestra perspectiva entendemos la misma como:
· El desempeño meritocrático de las instituciones del Sector
· La RE-CREACIÓN del alma institucional a través de los proyectos e ideales sostenidos por todos aquellos a quienes implican
· La generación de ambientes dialógicos y democráticos en pos del logro de los mejores resultados de las acciones y de la extensión de sus coberturas útiles.
· La necesidad de extremar los procedimientos institucionales en pos de favorecer cometidos vinculantes entre los distintos actores sociales abocados a esta problemática
· La inclusión en los debates de aquellas mejoras e innovaciones cuyo postergada implementación ha generado nuevas y costosas exclusiones.
· La voluntad de “visibilizar e interrumpir” las desigualdades sociales existentes entre los mayores en los campos de las condiciones de vida, enfermedad y muerte...
· La conciencia efectiva que no alcanza con reconocer que estamos mal si no se avanza colectiva y organizadamente en la construcción de aquellas soluciones que urgen ser asumidas
Las actuales discusiones sobre la redistribución del ingreso, la movilidad de los haberes jubilatorios, la inseguridad urbana y doméstica que aqueja al Sector de los Mayores y la re-fundación programática de los Organismos abocados a dicha temática deben asumir el estatus de Deudas Sociales Pendientes de Saldar.
La CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL agrega un factor de amplificación a la problemática preexistente en el ámbito institucional, porque exige de enormes y variados esfuerzos para evitar que sea pagada por los sectores sociales más vulnerables, razón por la cual las técnicas deben encolumnarse en pos de dicho objetivo.
Por este motivo hoy en día resulta impostergable un RE-PLANTEO profundo sobre la necesidad de encontrar las mejores herramientas técnicas para garantizar los mayores y mejores beneficios y efectos en la sociedad.
Corresponde, también, a las instituciones oficiales, del tercer sector y también privadas la emisión de sugerencias, propuestas, contenidos y criterios y respuestas operacionales para que los debates abiertos tengan las convenientes “texturas y extensiones...” y actúen a modo de Catalizadores Sociales para diversificar y también democratizar la búsqueda de soluciones sustentables que expresen a las grandes mayorías.
NO queda entonces espacio alguno para la continuidad de planteos de tradición ocultista y/o segregadora sustentados por certificadoras o consultoras escindidos de la realidad social.
Los nuevos espacios abiertos en y “por” la comunidad demandan calidad, integralidad, seriedad, compromiso y también pasión por parte de todos aquellos que auspiciamos una sociedad incluyente y un destino de ciudadanía para los actuales y futuros adultos mayores.
Sostenemos y defendemos con energía y convicción los enormes avances técnico-científicos pero sin olvidar una sociedad que clama por soluciones integrales, continuas, progresivas inmediatas y estratégicas para sus mayores. En su defecto no hay condiciones para que la calidad sea posible....
En el mes de octubre del año 2008.-
Licenciado Roberto Horacio Orden
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