domingo, 30 de agosto de 2009

Relación entre procesos políticos y la internación geriátrica

ALGUNOS APORTES PARA HISTORIZAR LA RELACIÓN ENTRE LOS PROCESOS POLÍTICOS Y LAS PRÁCTICAS DE INTERNACIÓN GERIÁTRICA EN EL INSSJP

Recién iniciado el período de reestablecimiento de las instituciones democráticas,

tras declinar una parte de mi salario a fin de trabajar directamente con afiliados “internados”

me encontré con un colega psicólogo de un Distrito de la Capital Federal

el que me alertó sobre lo intrascendente del trabajo profesional

con mayores institucionalizados en una residencia propia del PAMI

(me dijo, sin eufemismos, que era una “boludez...”)

La propuesta inicial y estimulante del Cro. Eugenio Semino para reflexionar y escribir sobre la relación estrecha entre hábitos asilares y períodos de excepción institucional democrática, me llevó a reubicarme e “implicarme” en algún lugar de la historia nacional y del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, comúnmente conocido como PAMI.

Desde ese momento hubo una fluída superposición de recuerdos, imágenes y escenas referidas a hechos institucionales protagonizadas en muchas ocasiones como testigo y en algunos casos como “actor”, que han tenido un efecto perdurable en los procesos de desigualdad social frente a la enfermedad y la muerte vividos por los mayores afiliados del PAMI.

Este ejercicio propuesto por mi amigo e insustituíble luchador me permitió confirmar que los procesos de gobierno institucional acaecidos en el PAMI, conllevaron luchas de muchos compañeros y también silencios ominosos de otros...

Visto todo esto en el tiempo y tratándose de sucesos ocurridos en una Institución dedicada a la preservación de los mayores, resulta necesario “preservar la memoria” aunque tenga las esperables limitaciones impuestas por las selecciones y deseos de todo ejercicio memorioso.

Por ello los relatos y recuerdos analizados no pueden ser meramente justificados ni excusados a la luz de comprensiones “situacionales”.

En toda esta historia los distintos actores no miraron estos acontecimientos “desde afuera” sino desde un adentro, soportando algunos de ellos, situaciones anómalas llegando en ocasiones a ser pasibles de crueldad y en otros casos siendo partícipes y responsables de esos mismos hechos.

La patología del devenir tiene que ver con la imposibilidad de historizar lo ocurrido como forma de evitar su repetición.

Para que existan ganadores debe existir una historia que haya sido narrada y para que exista un porvenir para el PAMI hace falta rellenar el vacío que torna al “gran tiempo” en mera ocurrencia, en solo presente y en coyuntura que justifica y excusa toda agachada

Los sucesivos cambios implementados por las distintas conducciones institucionales dejaron sus “marcas” en cada una de las etapas atravesadas y más allá de la magnitud de las operaciones de “poder y autoridad” desplegadas, junto con las ideas “dominantes” en cada período subsistieron representaciones “recesivas” y también representantes de otras búsquedas, de otros intentos y porque no, de otras ilusiones...

Los cambios en los criterios de internación de mayores fueron efectivos, cuando sumaron a los factores de poder y presión externos cuotas importantes de consenso activo o pasivo de los usuarios de los servicios y del staff del mismo Instituto.

Las sucesivas gestiones no operaron simplemente con lógicas sanguinarias por el contrario arribaron a buen puerto en sus planteos (en muchas ocasiones contrarios a los intereses actuales y estratégicos de los jubilados) a partir de la “compra y venta de voluntades”,

Se puede concluir que más se logro con la seducción que con las operaciones de grosera opresión...

Ahora la historia no oficial

El Programa Médico-Social para el Tercer Nivel de Atención implementado a comienzos de los años 70 con el nacimiento del PAMI, (que contó con el asesoramiento del Dr. Mario Strejilevich) fue un “modelo” de atención gerontológica para toda Latinoamérica, previendo la articulación cierta entre las acciones médicas y sociales y la implementación de recursos diferenciales según las distintas necesidades y situaciones de los afiliados. Dicho Programa incluyó elementos de “última generación” en la atención gerontológica (auxiliares domiciliarios con dependencia del Pami, centros de día, pequeñas residencias propias para generar programas piloto, etc.) dentro de un “sistema” que cabalgaba sobre una filosofía integral.

Este Programa cubría el radio de la Capital Federal y se extendía a las localidades del conurbano bonaerense durante los primeros años de vida del INSJP. Incorporando niveles escalonados de atención y diversos profesionales de las Cs. Sociales y de la Salud además de médicos.

En esa época el Equipo diseñador de estas acciones programáticas a cargo del Dr. Czertock abrió un campo de trabajo novedoso a partir de la compra por parte del Instituto de tres plantas físicas, para las que ideó una serie de servicios articulados correspondientes a internación permanente y centro de día.

Fueron nombradas como “pensiones integradas”, cuyas admisiones estaban pautados sobre la base de una escala que contemplaba causales predominantemente sociales, procurando paliar el déficit habitacional

Estos establecimientos tiempo más tarde fueron apodados como las Residencias Propias Chicas (Yerbal, Perú e Independencia), con los nombres de las calles donde se ubicaban estaban orientados preferentemente a personas afiliadas del PAMI, con bajo nivel de dependencia física y carencias económicas, con capacidad entre 20 y 40 residentes, reconociendo la obligatoriedad de establecer programas para afiliados con carácter externo en una cifra de 2 (dos) concurrentes por cada residente.

En base a una metodología de ponderación racional el Programa de Tercer Nivel Integral establecía la cantidad de recursos por grupos de beneficiarios de servicios que fue la base para la implementación de las cápitas sanitarias (aún vigentes), con la salvedad que este primer sistema establecía los ratios para psicólogos, enfermeros, asistentes sociales y también para auxiliares domiciliarios.

Vale decir que según la cantidad de afiliados en un determinado territorio se estimaban los recursos humanos correspondientes en un esfuerzo combinado de planificación según las necesidades y ampliación progresiva de los servicios asistenciales.

Importa destacar que en el incipiente horizonte del quehacer gerontológico de comienzos de los años 70 la figura del AUXILIAR DOMICILIARIO marcó una auténtica ruptura conceptual y operacional con los abordajes sanitarios tradicionales, centrados en la atención sanitaria (con epicentro en la figura del médico de cabecera).

Los auxiliares domiciliarios de esos primeros años del PAMI fueron el antecedente más serio de las distintas escuelas de cuidadores u auxiliares que surgieron a partir del retorno a la democracia en los principales centros urbanos del país, a cargo de entidades representativas de la atención de los mayores en la república Argentina.

En sus albores los auxiliares dependieron del Servicio Social en cada distrito o Delegación Regional del PAMI, con el advenimiento de la “oscuridad procesista” pasaron a depender de las áreas de Enfermería del PAMI, con una fuerte estructuración vertical de sus modos de funcionamiento.

En dichos orígenes los primeros auxiliares domiciliarios no contaban, en general, con capacitación previa alguna, realizando la misma “en servicio” y por parte de los otros integrantes de los equipos distritales.

Estos agentes del PAMI, durante el lapso en el que dependían de los servicios sociales, centraban su accionar en el apoyo a mayores con dependencia de distintos grados, para el desempeño de sus actividades de la vida diaria (higiene, alimentación, vestido, evacuación, preparación de comidas, realización de compras y trámites etc.) siendo quizás la primera expresión institucional de prestación de “CUIDADOS” a mayores frente a las tradicionales ofertas de asistencia.

Los cuidados van a surgir como un esquema innovativo frente a problemáticas de adultos mayores con cuadros de patologías crónicas y en general invalidantes, para los cuales el esquema de la asistencia clásico no conlleva cambios significativos en la evolución de dichos cuadros

En el momento en el que los auxiliares pasaron a depender de Enfermería las tareas adquirieron un sesgo más sanitario no obstante lo cual siguieron trabajando con mayores dependientes, empezando a acusar recibo de lo que luego sería la decisión de aminorar y hacer desaparecer su existencia en los niveles operativos del PAMI, al decretar las Autoridades de Facto y sucesivas la no incorporación de nuevos auxiliares a la Institución e invisibilizando, con ello, la provisión a través de efectores propios de este tipo de respuestas a las demandas de sus afiliados

Durante el Proceso militar se “liquidaron” la mayoría de las concepciones anteriores y se desplegaron fenómenos de disociación progresiva entre las prestaciones médicas y sociales, (que se iban a consolidar muchos años después, durante el Gobierno del Dr. Menem, quien terminó de implosionar los programas sociales).

El oscurantismo político que sumió al País en uno de sus peores capítulos históricos desalentó toda forma de trabajo colegiado, innovativo y desconfió de todo aquello que tuviera tufillo a “social”.

Más allá de los casos comprobados de desaparición de empleados del PAMI, se efectivizó como en otros ámbitos la desaparición simbólica de planteos, ideas, propuestas y programas.

El equipo de profesionales gestor del Programa de Tercer Nivel de Atención fue expulsado del PAMI con excepción de unos pocos de sus integrantes y cuentan los memoriosos que la puerta de la oficina respectiva fue “tapiada” con la utilización de dos maderas cruzadas.

Durante los años 1978 y 1979 durante la gestión del multifuncionario Santiago de Estrada se compraron las llamadas residencias “grandes” de Balcarce y Cabildo con 140 y 120 plazas respectivamente, distribuidas en enormes casas de departamentos, con varios pisos, en las zonas de San Telmo y Núñez, en los que con anterioridad funcionaban “hoteles alojamiento...”, todo un prodigio de la re-ingeniería gerontológica del Proceso de Organización Nacional.

En esta época surge también la voluminosa Gerencia de Vivienda a cargo del Dr. Gerardo Gonzalez, de vasta experiencia en el Gremio amarillo de UPCN.

Dicha Gerencia planteó distintas respuestas frente a la crisis habitacional existente y agudizada por la promulgada Ley de Locaciones Urbanas, siendo la más importante de todas ellas, la asignación de créditos blandos a afiliados del PAMI para la adquisición de viviendas, las que tras su fallecimiento eran heredadas por sus familiares.

Dicha medida, en principio de aparente “tono democratizador”, ejecutada por el mismo Gobierno responsable del Terrorismo de Estado (la mayor atrocidad cometida en la República Argentina desde el aparato oficial) iba a implicar una licuación formidable de recursos institucionales, los que dispuestos y organizados por sistemas de co - seguros, hubieran servido para incrementar exponencialmente la cobertura útil de dicho programa.

Durante los años iniciales del INSSJP no se ponía en cuestión la institucionalización definitiva de un mayor por causas sociales pero es durante la “noche” del Proceso que se convalidan simultáneamente los planteos de la entrega de créditos con la tendencia creciente de internación de mayores autodependientes.

El Proceso trató de ganarse ese sector etáreo proveyendo de un amplio apoyo económico para la construcción de centros de jubilados amigos del poder. Se podría suponer que ganarse el favor de los viejos acallaría una parte de la “memoria” rica en luchas y reivindicaciones.

En los hechos se produjo la fragmentación definitiva e irreversible del movimiento de los jubilados, que inicialmente había sido tributario de una rica tradición gremial y combativa (peronista y comunista) y este precipitado también va a consolidarse durante la gestión menemista del PAMI.

El autoritarismo nacido en el 76 fue teniendo muchas coincidencias con el neoliberalismo depredador prohijado por el peronismo oficialista de los 90..

Con el retorno a la democracia, tímidamente apareció una reacción institucional con el Programa de Asistencia Social Integral que planteó una cosmovisión integradora, asumiendo procesos de admisión, diagnóstico, prevención, atención y rehabilitación de modo interdisciplinario a través del uso de metodologías e instrumentos novedosos como la carpeta médico social única, procurando impactar en la cultura institucional “perforada por el Proceso Militar”.

Las rutinas institucionales generaron resistencias al abordaje sociosanitario propuesto desde el PASI, la deslegitimación política progresiva de la administración política y particularmente los procesos hiperinflacionarios progresivos tornaron imprevisibles todos los planteos estratégicos, a lo que se sumó el doble discurso institucional de querer cambiar al tiempo de recrear los mecanismos de la vieja corrupción institucional.

Tras la salida precipitada de la primera gestión radical, a posteriori de la Dictadura, aparecen los sucesivos intentos encarados por el Gobierno del Dr Menem, con epicentro en tres gestiones: la del retorno de Santiago de Estrada, la de Matilde Menéndez y la de Víctor Alderete.

Santiago de Estrada venido en demócrata habilitó la creación de una Subgerencia de Tercer Nivel de Atención dentro de la Gerencia Social, donde un equipo de Planificación enunció cinco proyectos alternativos a la atención residencial clásica de personas mayores: auxiliares gerontológicos domiciliarios, centro de día, hogar de rehabilitación, hogar para emergencias sociales y alimentos sobre ruedas.

Resulta necesario recordar también que durante esa misma época, desde la Dirección de Tercera Edad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y por iniciativa de su entonces titular Dr. Eugenio Semino se intentaron operacionalizar también proyectos innovativos de centro de día y auxiliares domiciliarios. Dichas iniciativas quedaron reducidas a una expresión testimonial tras su alejamiento de esta Dirección, vaciadas de sus originales contenidos programáticos.

El Dr. Semino es recuperado para el campo de las luchas sociales de y por los mayores, tras su elección como Ombusdman de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, a partir de la gestión de Antonio Cartañá.

Este proyecto rememora al primitivo Programa Médico Social de Tercer Nivel de los setenta, auspiciando el desarrollo de un “set” de respuestas a implementarse según la vulnerabilidad de los afiliados.

El programa llamado de Tercer Nivel Integral no fue implementado por su especial carácter insular y por la falta de apoyo político para hacerlo

La Dra. Matilde Menéndez, sanitarista formada en la clásica militancia doctrinal peronista, se caracterizó por la implementación de múltiples programas sanitarios y sociales con gran financiamiento (producto del crecimiento de la recaudación previsional) pero carentes de una filosofía integradora o de perfil sociosanitario.

En esta gestión de instituyeron subsidios individuales para el pago de personal auxiliar en pos del mantenimiento del afiliado en su medio, reconocimiento de gastos por internación geriátrica en establecimientos sin contrato, por externación geriátrica, para pago del alquiler y otros conceptos no demasiado frecuentes..

Los mecanismos institucionales orientados a controlar y acompañar el cumplimiento de metas socio-sanitarias fueron de una pobre textura institucional y carecieron de una lógica integradora y superadora de la mera “dación” de asignaciones. Algo parecido (por su carácter fragmentario) ocurrió con el Programa Alimentario instrumentado desde la gestión de Matilde Menéndez.

En el plano de la internación en residencias se fue consolidando el hábito de reservarla para los dependientes y paralelamente se reconocieron subsidios para el pago de internaciones privadas (una parte de los referidos conceptos), para afrontar pagos de alquileres y para contratar personal auxiliar

Matilde Menéndez recuperó una parte de la filosofía del Programa de Tercer Nivel Integral, frustro durante la gestión previa de Santiago de Estrada, dado que por un lado implementó un Convenio de Capacitación con el Ministerio de Trabajo para generar más de veinte cursos de Auxiliares Gerontológico Domiciliarios en distintos lugares del País y por otra parte desarrolló el Programa Probienestar de apoyo alimentario que rápidamente emparejó al de internación geriátrica en su ponderación presupuestaria.

Paralelamente, el clima de devastación económica y cultural de ese momento facilitó actos de corrupción mayúscula durante su gestión, con la existencia de renglones prestacionales sanitarios que dejaron “retornos” cercanos al 25% de las erogaciones capitadas

Dichas “marcas” en la cultura institucional condicionaron toda forma de intervención con aspiraciones de integralidad, razón por la cual la fragmentación programática ganó terreno y generó desarrollos diferenciales por parte de cada uno de los programas sociales instituidos, determinando que el mayor o menor monto de los presupuestos respectivos dependieran más de una racionalidad ligada con el impacto político y mediático

La dinámica política, las apetencias personales desmedidas de la Dra. Menéndez y las zancadillas que le armaron desde sectores encumbrados en lo más alto del poder menemista determinaron el fin de la gestión con denuncias aparecidas en los principales medios de prensa e investigaciones encabezadas por el Fiscal Quantin

Tras los interinatos de Alberto Abad, Carlos Alderete, Antonio Maldonado, y el Pseudo Ingeniero Bramer Markovic, llega el “liquidador” Victor Alderete interventor y luego presidente del INSSJP “normalizado”.

La situación nacional atravesó un proceso de “desmonte” de la industria nacional con una apertura masiva e indiscriminada a los productos de otros países, los que al carecer de restricciones aduaneras no daban ninguna posibilidad de competencia a los “desparecidos” productos vernáculos.

Un gobierno elegido democráticamente completó aceleradamente lo que las èpocas de plomo hubiesen ansiado coronar, de no ser por el doloroso tras pie de la Guerra de Malvinas.

Durante este último período de la gestión menemista se concretaron una serie de hechos en todo el entretejido institucional con obvias expresiones en el Departamento de Atención Geriátrica de la Gerencia Social.

En base a créditos externos se incentivó el retiro masivo de cuadros meritocráticos, en particular profesionales con vasta experiencia en la gestión del PAMI, y paralelamente se realizaron contrataciones de empresas intermediarias, que hacían las veces de grandes gerenciadoras de los servicios brindados a los afiliados.

En todo el Instituto se tomaron las decisiones necesarias para tercerizar el total de la gestión institucional correspondiente a las prestaciones brindadas por el INSSJP.

En el sector de las prestaciones geriátricas se decidió el desplazamiento de su anterior conducción, se anuló todo vestigio de operaciones innovativas, y se contrató de un modo escandaloso a una gerenciadora con el nombre de FEGERA (Federación de Establecimientos Geriátricos de la República Argentina).

El modus operandi pautado en el convenio con la FEGERA fue similar al obrante en otros segmentos prestacionales (salud física, salud mental, sepelios, etc.).

Se estipularon los conceptos económicos sobre la base de estimaciones capitadas, se aminoraron dramática y exponencialmente los requerimientos y estándares correspondientes al rubro de recursos humanos previstos para cada institución junto con la disminución de los menús prestacionales, se relajaron los controles institucionales (la FEGERA se hizo cargo de ellos a través de equipos itinerantes), se efectuó al interior de la Gerenciadora pagos diferenciales de los servicios, otorgándose mayores asignaciones a aquellos prestadores más cercanos a la conducción del ente gerenciador.

En síntesis la prestación disminuyó en su calidad prestacional, careció de buenos controles y llevó al disciplinamiento de los efectores “furtivos” que no querían vinculación con la FEGERA

En su letra el convenio reconocía las modalidades de centros de día y atención gerontológica domiciliaria que no se desarrollaron.

El personal del INSSJP fue ganado por un atractivo retiro voluntario, por el cansancio y por la seducción a las conducciones gremiales, las que en su gran mayoría acompañaron el proceso “liquidador” de Alderete, obteniendo a cambio espacios de poder, sobre todo en un ámbito definido como Servicio Comunitario, que otorgaba a sus integrantes ascensos de categorías (al modo de un verdadero “festival”) pero también debía precipitar como un gran “digestor” de personal (tercerizando sus servicios) lo que finalmente los tiempos de desgaste político no permitieron concretar.

La gestión Alderete tuvo algunos parecidos con el “manejo institucional” de Santiago De Estrada durante el Proceso Militar, en su voluntad permanente de seducir al personal y generar apoyos entre empleados y conducciones amarillas de jubilados, a cambio de favores:

Estas dos experiencias junto con la gestión de Matilde Menéndez que hologramatizó aquello de que “roba pero hace...” fueron las que dejaron “endémicamente” los mayores relatos articuladores en el PAMI y sus efectos fueron perdurables en el tiempo, con monumentos conmemorativos que aún hoy hablan de su permanencia y efectividad.

Haciendo obvia abstracción del período de excepción democrática, los reflejos políticos a tantas tropelías cometidas con los destinos y recursos de los mayores solo consistieron en pálidas críticas por parte del conjunto de los partidos políticos con expresión en el Congreso Nacional, temperamento aún vigente en nuestros días, lo cual permite establecer alguna vinculación hipotética entre el poder político y las recaudaciones del PAMI (cuarto presupuesto nacional).

LOS VIEJOS SIEMPRE APARECIERON EN LAS DECLARACIONES DE PRINCIPIOS E INTENCIONES Y DESAPARECIERON EN LAS REALIZACIONES EFECTIVAS...

Con el advenimiento del Gobierno de la Alianza se puso en movimiento un dispositivo propagándistico destinado a transparentar las prácticas institucionales (creándose incluso durante su gestión la Oficina de Anticorrupción) y proponiendo al público la imagen institucional del PAMI como la “cajita de cristal

Se tomó la decisión de intervenir al PAMI con un triunvirato a cargo de Cristina Felgueras, Horacio Rodríguez Larreta y Angel Tonietto.(representantes de distintos grupos políticos aliados en la dirección del gobierno nacional, pero claramente diferenciados en sus orígenes y formas de accionar)

En el ámbito de la internación geriátrica se amenazó con realizar un cambio, al desplazar la conducción institucional previa y funcional con la gerenciadora de Alderete (FEGERA) y reposicionar a cuadros históricos en el sector desplazados ante la ola privatista del menemismo.

Se cumplieron los plazos de vigencia de los contratos con la FEGERA, tras lo cual no se renovó contrato y se avanzó en una lenta contratación individual de prestadores de internación geriátrica , con la resistencia de sectores corporativizados y la pasividad de una gran cantidad de efectores empujada por el temor histórico insuflado por los directivos de la FEGERA.

A partir de ese momento el PAMI fue intentando ganar el favor de sectores de internación geriátrica a través de su contratación, pero paralelamente no pudo revertir la inercia que se traducía en el mantenimiento de una opaca oferta de atención a lo que también hubo de sumarse la falta de innovación en un arcaico menú prestacional.

Por fuera del ámbito institucional y con el aliento estratégico del Cientista Social. Carlos Isuani en el ámbito nacional a cargo de la Tercera Edad, se convocó al PAMI junto con otras instituciones sociales, oficiales y académicas para participar de la redacción de un informe sobre la Tercera Edad y en particular sobre los “Criterios Únicos para la internación en Residencias para Mayores” documento de enorme fortaleza técnica y alineado dentro de una lógica de respeto a los derechos humanos, pero que luego iba a resultar sepultado con el posterior derrumbe político y económico.

En esa misma época como hecho auspicioso pero totalmente aislado, desde el Programa Federal de Salud (PROFE) dependiente del Ministerio de Salud Nacional, abocado a la atención de pensionados no contributivos y a partir de un pequeño grupo de profesionales beneficiados con el programa de retiros voluntarios del PAMI (de la época de Víctor Alderete), pudo desarrollar el primer programa de auxiliares gerontológico domiciliarios, que precipitó en el ámbito de la República Argentina, en una empresa social, la Cooperativa “Luz de Vida” de trabajadores capacitados a tales efectos, ubicada en la ciudad Capital de Corrientes

Dicha entidad prestadora, que a posteriori firmó convenio de servicios con el PROFE , evidenció la sustentabilidad y viabilidad de los proyectos alternativos a la institucionalización definitiva, mediando una clara vocación transformadora y con fuerte sentido social, como la manifestada por los profesionales nombrados y el liderazgo político y ético del Ingeniero Angel Valmaggia, a cargo del PROFE Corrientes.

Volviendo al plano del PAMI, la falta de coordinación política de los distintos sectores a cargo de la gestión institucional se agudizó con la salida de Carlos “Chacho” Alvarez de la Vicepresidencia.

Luego de apelar, a nivel nacional, al expediente de algún mesías económico de ojos azules (Domingo Caballo) sobrevino una lisa y clara confiscación de los depósitos bancarios privados que trajo la nevada final a las expectativas alimentadas con los ahorros de las etapas primaverales De allí en adelante todo atisbo de confianza en las supuestas instituciones “serias” fue sepultada para siempre.

Más tarde sobrevino la caída vertiginosa en pendiente del Gobierno Nacional, acompañada de una manifiesta modorra e incompetencia de su accionar general, con un peligroso recalentamiento de la “usina” de la situación económica, más tarde el caos, la gente en la calle, las asambleas, las muertes y una salida precipitada de la Casa Rosada, cuando lo que volaba por los aires era la situación general y no solo el helicóptero que se llevaba una conducción política autista encerrada desde hacía un tiempo en una caja blindada frente a la pérdida de memoria de aquella nostálgica cajita de cristal...

Tras esto los Programas de Emergencia Política (Rodríguez Saa, Puertas y Caamaño) en sintonía con los Programas de Emergencia Sanitaria y la hegemonía de los planes de contención social para los sectores crecientemente excluidos, rubro donde la categoría “adulto mayor” pocas veces era detectada por la sensibilidad de los instrumentos utilizados para asignar fondos.

El país en emergencia se expresó con un PAMI en emergencia fuertemente acotado en sus prestaciones y servicios. En la crisis los viejos AUSENTES SIN AVISO...

Tras los años del autoritarismo militar y los del despilfarro democrático llegaron los momentos de las “vacas flacas” que generaron los peores residuos radioactivos, en este caso en las representaciones imaginarias de los mayores, así se pasó a sostener colectivamente que el PAMI daba lo que podía (en general de baja calidad) y que la atención de última era un “favor” del gobierno.

Durante este período de frío polar poco pudo pedirse a la gestión institucional de internaciones geriátricas, mientras que los subsidios individuales para pago de personal auxiliar siguieron operando sin mayor crecimiento y sin demasiadas posibilidades de ser reconducidos en el seno de una óptica y política diferentes

A partir de la gestión nacional del Dr. Duhalde se intentaron sembrar las condiciones para ir regularizando el financiamiento, la gestión institucional y la atención del PAMI.

Durante la intervención del Dr. Corchuelo Blasco se dieron los pasos para una posterior normalización del INSSJP,

Por vía parlamentaria se aprobó la Ley N° 25.615 (última modificatoria del INSSJP) que en su art. 2° establecía : “El Instituto tendrá como objeto otorgar –por sí o por terceros- a los jubilados y pensionados del régimen nacional de previsión y del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones y a su grupo familiar primario, las prestaciones sanitarias y sociales, integrales, integradas y equitativas, tendientes a la promoción, prevención, protección, recuperación y rehabilitación de la salud, organizados en un modelo prestacional que se base en criterios de solidaridad, eficacia y eficiencia, que respondan al mayor nivel de calidad disponible para todos los beneficiarios del Instituto, atendiendo a las particularidades e idiosincrasia propias de las diversas jurisdicciones provinciales y de las regiones del país”.

Se apuró una elección por parte de los jubilados carente de toda legitimidad, en razón de la metodología utilizada , el grado de representatividad de los candidatos y el acotado número de votantes, que precipitó en un directorio a cargo del Dr. Horacio Pacheco .

La CGT participó de la escenografía ocupando dos sillas en el nuevo directorio los infaltables Petrecca y Hermoso, viejos conocidos en la Institución, fueron los favorecidos por los popes sindicales, al igual que en la época precedente de Víctor Alderete.

El país no había salido de la crisis precedente y en el PAMI seguían vigentes distintas propuestas, por un lado urgentes necesidades de mejoras en las ofertas prestacionales, la inercia del no se puede, la voracidad de seguir mamando de la difunta Correa, todo ello en el seno de un poco clara visión institucional

En el plano de las internaciones en residencias para mayores se siguió registrando la hipoxia precedente, con pocas intenciones de concretar algo diferente, que fuera más allá de la informatización del área.

Metáfora redundante de las épocas por venir, a partir de ese momento , todo iba a quedar dentro del sistema (nformático y también del “otro....”

Tras las elecciones del año 2003 accedió al Gobierno el Dr. Kirchner con una cantidad escuálida de votos, que lo lleva a buscar una legitimación progresiva de su gestión y también a anudar algunas alianzas con los sectores de interés tradicionales, lo cual va a explicar una serie de movimientos en el PAMI.

Por vía parlamentaria se apuró una auditoria por parte de la Auditoria General de la Nación tras lo cual se determinó una nueva intervención del Instituto

En las observaciones realizadas por la Auditoria General de la Nación de fecha 17/07/03, este Organismo de Control instó al INSSJP a que determine el menú de prestaciones médicas y sociales para sus afiliados.

Dicho Órgano de Control determinó que el 12 % del total de erogaciones del Instituto, correspondían a prestaciones sociales no pudiéndose estimar el grado en que con dichos gastos se satisfacían las necesidades de sus afiliados en ausencia de una mínima estimación de las demandas existentes en dicha población (componentes manifiestos y ocultos). Ni tampoco si los mismos representaban un volumen conveniente en el marco del total de gastos generales o frente a los gastos médicos que insumían el 83 % de las erogaciones, en igual ausencia de un plan maestro estratégico para la Institución, que en el caso de existir, podía establecer el peso asignado para cada renglón prestacional.

La situación prestacional se caracterizaba por:

1.- Una fuerte tendencia al asistencialismo (con el predominio de la atención médica de Primer y Segundo Nivel en muchos casos con carácter tardío, ausencia de acciones preventivo promocionales significativas y entre las prestaciones sociales la hegemonía de atención alimentaria y geriátrica, que en su conjunto consumían cerca del 80 % del gasto destinado para prestaciones sociales y el 20 % restante repartido entre subsidios y reintegros por sepelios).

2.- Una abultada demanda insatisfecha con componentes manifiestos y otros embozados (demanda en estado latente)

3.- La falta de equidad y de racionalidad en la distribución de los recursos , que producía un acceso diferencial a las prestaciones y/o servicios, lo que junto a la asincronía entre las prestaciones médicas y sociales favorece la desigualdad social ante la muerte....

4.- La falta de cobertura útil de la gran mayoría de los programas.

5.- La baja calidad de las prestaciones médicas y sociales.

6.- La ausencia de motivación de los cuadros técnicos y profesionales propios y también contratados

7.- La carencia de un set de prestaciones preventivas, asistenciales y rehabilitadoras para garantizar un abordaje y tratamiento continuo en condiciones de brindar respuesta a las distintas demandas compulsadas y de acuerdo a los diferentes momentos atravesados por los afiliados del INSSJP

8.- En el plano de la estructura organizacional:

1 La alta fragmentación institucional, expresada a través de distintas áreas en general, escindidas entre sí y autonomizadas en sus cometidos funcionales, con el predominio de enfoques restringidos y corporativo-sectoriales, que impedía la consideración de la “complejidad” de la vejez y de la discapacidad.

2 La burocratización excesiva como consecuencia de la perversión del modelo básico de organización, que homogeneizaba a los beneficiarios de las prestaciones, generando rigideces y ritualismos e incapacitaba para operar en condiciones de incertidumbre obstaculizando cualquier forma de innovación.

3 Un centralismo enorme que impedía la flexibilidad imprescindible para adecuar los recursos a los usuarios y dar cuenta de las especificidades

4 El carácter cerrado de la institución, con una concepción “pamicéntrica” inhibidora de la participación social

5 La falta de coordinación entre las prestaciones médicas y sociales.

6 La ausencia de planificación estratégica

El nuevo gobierno encomendó la intervención al ex diputado del FREPASO Juan Gonzalez Gaviola (experto en temas previsionales) y la sub intervención al médico odontólogo Ramón Granero, quienes fueron haciendo progresivamente notorias sus diferencias con respecto a las cosas institucionales

Paralelamente se creó una comisión de seguimiento institucional conformada por los Organismos de Control y de Garantías, la que fue asesorando a la Intervención del PAMI.

En el campo de la internación geriátrica se procuró seguir incluyendo dentro de convenios a la mayor cantidad de residencias para mayores a fin de evitar la endeblez jurídica de seguir contando con efectores sin contratos individuales.

Paralelamente por iniciativa del Subgerente de Promoción Social y Comunitaria Dr. Daniel Godoy (médico sanitarista con formación en Cuba) se diseñó un modelo de intervención social con tres niveles correspondientes a la prevención, la atención y la integración social, retomando la rica tradición de integralidad sostenida por distintas gestiones del INSSJP.

En ese momento se registraron desde la Gerencia de Promoción Social y Comunitaria dos decisiones de importancia

Primero se elaboró el primer manual institucional orientado a ser entregado a familiares cuidadores de ancianos dependientes en sus domicilios, del que participaron distintos cuadros profesionales con vasta experiencia gerontológica

A partir de una sugerencia del Ombusdman de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, Dr. Eugenio Semino se dispuso la creación de una partida presupuestaria destinada a “empresas sociales” que estaba destinada a abonar los importes destinados a reconocer el trabajo de cooperativas de cuidadores domiciliarios.

Durante la gestión de la Dra. Matilde Menéndez y también con posterioridad, el INSSJP, por si o a través de convenios firmados con otros organismos nacionales, capacitó una gran cantidad de auxiliares gerontológicos domiciliarios, sin que pudiera precipitar el proyecto de empresas de cuidadores, que contaba con el veto explícito de todos los rubros de prestadores referidos a la internación .

Por otra parte se inició una coordinación activa con el Instituto de Cooperativismo Nacional a fin de redireccionar los ya vetustos subsidios individuales destinados a pago de personal auxiliar por módulos de cuidados domiciliarios brindados por Efectores Cooperativos de Servicios de Atención Domiciliaria que debían tener convenio con el PAMI.

Además de las luchas palaciegas protagonizadas por Gaviola y Granero, los poderes tradicionales en el PAMI y la falta de consenso interno determinaron la segunda etapa de la intervención del INSSJP, a cargo, en esta oportunidad, de la Licenciada en Cs. Políticas Graciela Ocaña, hasta ese momento diputada electa por la fuerza opositora ARI y reconocida por haber participado en comisiones investigadoras sobre ilícitos, desde la Cámara de Diputados.

Al poco tiempo parte el Dr. Granero y deja el puesto de número 2 en el PAMI al Dr. Luciano Di Cesare

El actual panorama tiene su origen en situaciones de larga data y en el “atravesamiento” que hizo el neoliberalismo del conjunto de instituciones de la Seguridad Social en nuestro país.

El PAMI no ocurrió por afuera del conjunto de los fenómenos que impactaron al total de las instituciones NACIONALES.

La actual fragmentación y la tendencia a la autonomización de las distintas áreas y programas obran como “monumentos conmemorativos” de las distintas gestiones que se sucedieron e dejaron su marca en la Institución.

Las prestaciones del PAMI no estuvieron exentas de las tendencias auspiciadas por los Organismos Crediticios Internacionales, que priorizaron las acciones focalizadas en desmedro de aquellas otras de naturaleza poblacional.

Para dichas Entidades las políticas sociales son por definición políticas “contra la pobreza extrema”, razón por la cual deben seleccionar adecuadamente a sus beneficiarios, buscando mediciones “cómplices” y subestimando el conjunto de problemas que atraviesa la población, llegando, incluso, a subestimar el mismo problema de la pobreza creciente.

La falta de coordinación entre las prestaciones sociales y médicas fue el producto del trabajao sistemático llevado a cabo por los poderes dominantes para disociar las problemáticas de los adultos mayores en particular de quienes atraviesan mayores privaciones al asociar situaciones de fragilidad con pobreza.

El modelo dominante de FRAGMENTACION entre las prestaciones sociales y las sanitarias y al interior de cada uno de dichos campos fue totalmente funcional con la exclusión social creciente producto de las recetas económicas implementadas , el individualismo en su versión más obsceno, la concentración de poder en manos de unos pocos decisores y el ejercicio de las asimetrías.

Lo peor del asunto es que todo esto se tradujo en una suerte de "normalización" de dicha situación anómala, puesta en escena con el acatamiento acrìtico de dicho estado de cosas por parte de los afiliados y de segmentos importantes del personal institucional y contratado

La consideración de la coordinación sociosanitaria no puede soslayar las cuestiones referidas al PODER y a los TIEMPOS.

En lo que hace a la temática del Poder urge precisar si existe la real vocación de ampliar, con sentido de equidad, los beneficios y servicios que hoy alcanzan a unos pocos afiliados y si existe la voluntad de romper con los corsets institucionales que otorgan más atención al expediente que a las personas.

En lo que refiere a los “tiempos” habrá que confrontar con la permanente disociación entre tiempos técnicos y políticos por un lado y los tiempos de las necesidades de las personas por el otro, dejando sentado de antemano que los afiliados en muchas oportunidades, no cuentan con tiempo para someterse a la violentación de los dispositivos burocráticos ni al grosero manejo clientelar

Así para la elaboración de una estrategia de coordinación sociosantiaria del PAMI resulta necesario determinar cuales son los principales problemas y prioridades atravesados por los adultos mayores con cobertura del PAMI, establecer una metodología que provea al relevamiento de los mismos, a lo que sigue la decisión política de fortalecer las capacidades institucionales y organizativas y finalmente volcar los esfuerzos necesarios en pos de la elaboración de una oferta programática diversificada y en condiciones de dar respuestas flexibles y adaptadas a las distintas necesidades locales, con el logro del mayor consenso entre los RRHH propios y de los prestadores contratados por el Instituto

El modelo dominante a la fecha disocia distintos niveles de prevención mientras que el comunitario entrecruza los mismos y de ese modo la prevención primaria se articula con la terciaria en las tareas en terreno, por ejemplo a través de los cuidados domiciliarios.

El estado actual de la atención de los adultos mayores en el PAMI provee indirectamente al mal uso de los fondos y también a su FALTA DE EFECTIVIDAD, entendida como baja cobertura útil.

El objetivo de los fondos del INSTITUTO no radica en maximizar los beneficios para las arcas de prestadores privados sino en maximizar el ESTADO DE SALUD de la población destinataria.

Los niveles locales de programación y de implementación de políticas sociosanitarias son los más capacitados para evaluar los requerimientos y necesidades de los afiliados al PAMI.

La DEMANDA INDUCIDA representa una ACTITUD OPORTUNISTA por parte de ciertos sectores prestacionales, que se benefician con el actual estado de cosas confundiendo la ACTUAL ASISTENCIA con LAS AUTENTICAS DEMANDAS DE LOS BENEFICIARIOS.

CRITERIOS ORIENTATIVOS DE LA ATENCIÓN GERONTOLÓGICA (al modo del horizonte buscado...)

Resulta oportuno sugerir una serie de PRINCIPIOS que pueden regir las acciones de coordinación sociosanitaria en el PAMI:

1. A pesar el carácter sectorial de las acciones, se debe procurar su organización en cada UGL a partir de una CONCEPCION INTEGRAL de la sociedad, que brinde a cada uno de los beneficiarios los medios necesarios para su mayor y mejor desarrollo personal, a través de la NECESARIA ARTICULACIÓN entre PROGRAMAS Y RECURSOS SOCIALES Y SANITARIOS

2. También debe ser integral la consideración de los afiliados, individuos únicos e inseparables de sus circunstancias, y no expresiones indiferenciadas de casos. Esta perspectiva exige la articulación, en un modelo de atención organizado, diversificado, coordinado y accesible con las medidas y dispositivos necesarios para garantizar la adecuada calidad de vida y exige asimismo la elaboración de programas personalizados de atención que permitan el aprovechamiento de los recursos formales e informales.

3. En el ámbito de la vida cotidiana de los afiliados se debe fomentar al máximo posible su AUTONOMÍA PERSONAL, de modo de no generar acciones que auspiciaran directa o indirectamente la cronificación y el deterioro

4. El MANTENIMIENTO DE LAS PERSONAS MAYORES EN SU DOMICILIO en condiciones dignas y allí hasta donde sea posible no se justifica exclusivamente por razones económicas, sino que es expresión un deseo mayoritario formulado por las personas mayores y sus familiares y resulta, sin duda, la mejor alternativa para frenar los procesos de deterioro físico y psíquico. En esa línea el apoyo a la red informal constituye un elemento esencial

5. El PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO de las acciones y programas con el uso de dos herramientas centrales: la DELIMITACIÓN DE LOS PUNTOS CRÍTICOS, que representan aquellos aspectos que situacionalmente pueden abordarse para declarar un problema como EVITABLE y LA TRANSFORMACIÓN DE SUJETOS CAÓTICOS EN SUJETOS “ORGANIZADOS” ,dado que a la viabilidad técnica, política y económica del proyecto debe sumarse el FORTALECIMIENTO ORGANIZACIONAL para concretarlo

6. La ADECUACIÓN DE LOS RECURSOS A LOS USUARIOS como garantía para la eficacia, efectividad y equidad de las prácticas

7. Los RECURSOS HUMANOS constituyen un elemento NUCLEAR en una política de desarrollo social para los adultos mayores, y se erigieron como CONDICIÓN para el recupero del HUMANISMO de los propios beneficiarios. Dicha política debe descansar sobre el trípode de la motivación, capacitación y adecuada ubicación de los RRHH.

8. La FLEXIBILIDAD como criterio superador de falsas antinomias entre asistencialismo versus promoción social o entre programas focales versus programas poblacionales.

9. La atención PERSONALIZADA Y CONTINUA con la presencia progresiva de una red o set de recursos prestacionales en consonancia con las diferentes demandas evidenciadas entre la población beneficiaria

10. La superación de la situación de emergencia y su progresiva adecuación a las necesidades crecientes exigen una CONSIDERACIÓN ESPECIAL DEL FENÓMENO DE LA POBREZA DE LOS BENEFICIARIOS DEL INSSJP, con la caracterización de su incidencia creciente y el posterior planeamiento de medidas que garanticen la intervención adecuada y equitativa acorde con las características de cada situación compulsada

11. Operacionalmente urge desterrar toda forma de gerenciamiento parasitario que distraiga partidas sanitarias y/o sociales, a fin de hacer efectivo y eficiente el gasto institucional en el marco de lo pautado por la Resolución Nº 140/04-DE

Por todo lo expuesto se interpreta que el desafío de los distintos niveles de dependencia presentes en los adultos mayores demanda de la presencia de PROGRAMAS DE ATENCION PREVENCION Y REHABILITACIÓN LOCALES DIVERSIFICADOS, FLEXIBLES, COORDINADOS Y ACCESIBLES, debiendo aportar el NIVEL DE PLANIFICACIÓN CENTRAL DEL PAMI los elementos para constituir el PLAN MAESTRO ESTRATÉGICO INSTITUCIONAL. .

La posibilidad trocada en el desafío de historizar lo ocurrido en un sector del PAMI, permite la aparición de los esperables sesgos contenidos y transportados en las biografías de los actores y protagonistas de estos hechos.

Por otra parte se generan efectos revulsivos e instituyentes a partir del recupero de sentidos amordazados hasta esos momentos por las distintas versiones del poder, que no quieren debates, que no quieren memoria, que no quieren filialidad y que de última no quieren amor...

El sentido profundo de este trabajo es el re-armado de UN NUEVO SUJETO COLECTIVO a través del recupero de la palabra, la historia y también las esperanzas e ilusiones de un PAMI por nos-otros...

Febrero ,Año 2006.-

Yo hice siempre, todo lo que me pidieron...

(comentario de un empleado anónimo del PAMI)

Los muertos están indóciles

cayeron en la cuenta de que son MAYORÍA...

Roque Dalton

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