lunes, 24 de agosto de 2009

Las prestaciones sociales en el INSSJP

LAS PRESTACIONES SOCIALES EN EL AMBITO DEL I.N.S.S.J.P.

“Poco se gana con el conocimiento de la prevalencia

de determinado padecimiento o con el aislamiento de factores

asociados al mismo, si al mismo tiempo, NO SE ESTA EN

CONDICIONES DE ACTUAR O NO SE ACTUA ...”

Sylvia Bermann

A propósito de un diagnóstico :

En los años 70 se plasmó en el ámbito del Instituto un programa modelo de atención gerontológica para ancianos con distintos grados de dependencia física y social PROGRAMA MEDICO-SOCIAL DE TERCER NIVEL, que preveía la articulación entre las acciones médicas y sociales a través de la implementación de recursos diferenciales según las distintas necesidades y situaciones de los afiliados.

Dicho Programa además de incluir elementos de “ultima generación” en la atención gerontológica (auxiliares domiciliarias propias, centros de día, entre otros) era entendible en el seno de un Sistema de atención de Primer, Segundo y Tercer Nivel integrados, habiendo sido concebido por el Equipo dirigido por del Dr. Mario Strejilevich.

Por esos tiempos de democracia temblorosa, la existencia de los Centros de Jubilados era un fenómeno incipiente y acotado.

Durante el Proceso se liquidó al Equipo mencionado y se desarrollaron una serie de fenómenos particulares con impacto en el campo de la asistencia gerontológica, a escala nacional.

Se priorizó la internación geriátrica (émulo institucional del secuestro), incluyéndose la de ancianos autoválidos, deflacionándose la atención domiciliaria y los otros recursos alternativos al internamiento custodial.

Se implementó una “Megagerencia” de Vivienda para atenuar el impacto de la Ley de normalización de Locaciones Urbanas (Ley 21342), otorgando viviendas a los afiliados a través de créditos “blandos”, las que no se otorgaron en comodato y terminaron en manos de sus herederos. Acción caracterizada por su irracionalidad en la planificación y derroche de recursos económicos institucionales.

El Interventor “vedette” del Proceso, Santiago de Estrada, a través de la Gerencia de Recursos Físicos se dedicó a ampliar el peso específico de los entonces más numerosos Centros de Jubilados y Pensionados, realizando importantes inversiones para la compra y/o remodelación de locales y sedes, lo que fue generando una red de agrupaciones amarillas amigas del Interventor, las que además gozaban de subsidios para sus dirigentes, viajes de turismo “social” y de otros favores a fin de concretar su designio de vasallaje y sumisión.

Estas medidas fueron dando lugar a una fragmentación en el Movimiento de los Jubilados, existiendo un “espinel” en cuyo recorrido se detectaban desde grupos amigos del Poder, cualquiera sea su signo, hasta sectores de enorme raigambre combativa.

Acaecida la Democracia Alfonsinista, en el Area de Prestaciones Sociales se volvió a recrear un intento de integración socio-médica a través de la generación de una “red” de acciones programáticas orientadas a implementarse de acuerdo a los niveles de deterioro físico y social de los ancianos, desde las preventivas a las rehabilitatorias, desarrollándose el PROGRAMA DE ASISTENCIA SOCIAL INTEGRAL (P.A.S.I).

Dicho Programa supuso un avance filosófico y también una vuelta a los orígenes del Instituto, pero el excesivo celo puesto en la planificación “desde arriba” y los sucesivos picos inflacionarios vaciaron de “posibilidad” al Programa.

Al mismo tiempo se siguió incrementando la demanda de atención geriátrica sin recrearse alternativas válidas de contención domiciliaria para los beneficiarios, acordes con las necesidades y valores de los mismos.

Con la gestión menemista se intensificó la partidización de los Centros de Jubilados, otorgándose los mayores favores a los amigos del Presidente y llegándose al paroxismo en tal tendencia durante la “famosa” gestión de la Dra. Matilde Menendez.

Durante su intervención y presidencia se generaron novedosos programas sociales con amplia cobertura pero con una enorme escisión entre los mismos, producto de los diferentes grupos políticos del Oficialismo que cohabitaban en el Instituto.

Pese a lo ambicioso de los mismos no se generó en ningún momento la intención de integración socio-médica ni la coordinación dentro del supuesto campo de lo social, y las causas de dicho déficit no habrán de buscarse en problemas técnicos sino en la presencia de las distintas “cajas” económicas y políticas operantes en esos momentos en el Instituto.

En ese período, al incrementarse los ingresos del I.N.S.S.J.P. como producto del aumento de la recaudación impositiva también se dió lugar al incremento de los tradicionales RETORNOS abonados por los prestadores como contraprestación por los contratos concedidos oportunamente, dichos retornos aparte de engrosar bolsillos, financiaron varias campañas políticas .

Paralelamente se generó un proceso de concentración del capital de los prestadores coherente con la lógica de “arreglo” de contratos.

Dentro de los programas sociales más famosos se ubicó el Probienestar de alimentación para ancianos carenciados, el que a pesar de la grosera discrecionalidad que tuvo en sus orígenes, en el otorgamiento de los servicios de alimentación (comedores y bolsones), provocó un profundo cambio en la cultura institucional de los Centros de Jubilados, dado que trocó los objetivos maníaco-festivos de muchos de estos grupos por otros ligados a la atención más primaria de congéneres necesitados y marginados.

Dicho Programa rápidamente se ubicó en el segundo presupuesto de la Gerencia Social, llegando a cubrir a más de 300.000 personas en todo el país y proveyendo, además de los consabidos réditos políticos para los “oferentes de servicios”, con un enriquecimiento organizativo para la figura del Centro de Jubilados el que trocó de una modalidad meramente demandante a otra nueva de carácter “resolutiva de necesidades”.

Con la inclusión dentro de la órbita nacional, del presupuesto del Instituto a partir de enero de 1995 y hasta la fecha, se definanciaron muchas acciones de carácter social y recibieron “su condena a muerte” ante la necesidad de generar un mercado desregulado de las prestaciones de la seguridad social, dado que el costo de los servicios a ofrecer por las aseguradoras, bancos y/o prepagos no podrá incluir este tipo de prestaciones de carácter social, pues los torna muy gravosos y para los cuales necesitan subcontratar muchos y variados servicios con los que no cuentan y además no tienen experiencia de gerenciamiento.

Por otro lado resulta indispensable dentro de la democracia menemista, capitalista salvaje, recrear el CLIENTELISMO para lo cual demanda la concentración en los poderes políticos centrales, nacionales o provinciales de todas las acciones de carácter social. La “intermediación” puesta por el Poder, desde arriba, resulta esencial para luego poder financiar electoralmente al sistema vigente. El intercambio de favores o el temor a perderlos justifica entonces todos los intentos de traspaso de los programas sociales del Instituto a la órbita de Desarrollo Social de Nación, cuyo titular (Licenciado Amadeo) se dedica a polemizar con algunos sectores de la Iglesia sobre la cantidad de pobres o de chicos hambrientos.

El panorama actual de las prestaciones sociales del Instituto se caracteriza por su progresivo definanciamiento, su orientación al asistencialismo a través de los programas de internación geriátrica y Probienestar (con matices diferenciales ya aclarados) con más del 70 % del presupuesto del Area, carencia de integralidad del modelo, con ausencia flagrante de coordinación entre prestaciones médicas y sociales y falta de importantes y necesarios programas socio-preventivos para una población en progresivo deterioro cuya atención posterior determina MAYORES COSTOS INSTITUCIONALES desde el Area Médica. Y una escasa cobertura del conjunto de los programas sociales, dando atención prioritaria a la demanda espontánea, a través de acciones de tipo asistencialista, con el permanente riesgo de su traspaso a Desarrollo Social para comprar voluntades y votos de un sector poblacional atractivo para cualquier gobernante.

Como sugerencia...

Los cambios ocurridos en los últimos años en el perfil epidemiológico de la población añosa se caracterizan, en general por el aumento de las expectativas de vida pero también por un incremento de las patologías crónicas invalidantes, los accidentes y los problemas relacionados con la DEGRADACION DEL MODO DE VIDA Y MEDIO AMBIENTE donde transcurren los ancianos asociados CON CRECIENTES DIFICULTADES SOCIOECONOMICAS, quedando las disertaciones sobre autocuidado y calidad de vida para los salones de los congresos.

Así, el bienestar y la salud de los ancianos no se puede basar únicamente en la búsqueda absurda, bizarra y exclusiva de niveles de salud específicos, lo que encubre las presiones e intereses de los Barones de la Medicina Privada.

Por lo expuesto no puede existir la sola prioridad de la salud física que a la fecha se lleva más del 70 % del presupuesto, a través de contratos sobrevaluados, en la asignación de los recursos.

Urge definir un cambio de rumbo desde una moderna GESTION SOCIO-SANITTARIA que plantee una definición estratégica de los servicios médicos y sociales, rompiendo con las perversas visiones fragmentarias ligadas con la mera reducción de costos y de la plantilla del personal esgrimidas por los Perversi, Markovic y consultoras al servicio de los bancos, las aseguradoras y de la reducción del agujero fiscal.

El PAMI debe y puede reconvertirse, transparentándose a través de modelos de atención que básicamente SIRVAN A LOS JUBILADOS ...

Estos actores prioritarios no deben conformarse con la supuesta normalización del Instituto, hoy auspiciada por el Poder Central, como nuevo canto de sirena, dado que el problema de su atención socio-médica no se reduce a contar con algunos representantes en el futuro Directorio, que pueden ser sobornados, cooptados o silenciados por el Poder.

Resulta imprescindible que no caigan en la nueva trampa del Sistema y definir que la auténtica participación resulta su la presencia activa en el diseño, gestión y seguimiento de las políticas institucionales, con un activo contralor en la recaudación, ingresos y egresos del Instituto.

Hay participación si están incluidos los beneficiarios en la determinación de las prioridades y en la asignación de los recursos y da la casualidad que al Area Social del PAMI le incumbe sobremanera la articulación y despliegue de tal participación por la especificidad de los temas que maneja y por el perfil de los profesionales con que cuenta (técnicos en trabajo comunitario).

Dichos profesionales son quienes establecen las relaciones entre la comunidad, las personas y el sistema, sin el tradicional sujetamiento de la lógica hegemónica médica autoritaria.

Así una normalización democrática (en lo posible, por voto directo del total de los afiliados), el mantenimiento de los programas sociales dentro del Instituto y la progresiva implicación de los jubilados en la conducción del PAMI son decisiones VINCULANTES que deben defenderse dentro de un PAQUETE PREFERENCIAL DE MEDIDAS a sostenerse desde el ámbito de los SECTORES QUE AUSPICIAN UNA AUTENTICA DEMOCRACIA SOCIAL Y PARTICIPATIVA...

Ahora las “propuestas”

Para que el PAMI pueda cumplir “eficazmente” con los objetivos de reducir : la posibilidad de muerte prematura, de enfermar y la generación de discapacidades tempranas, debe tomar “intervención” sobre la problemática social de su población beneficiaria, no disociando sus cometidos médico-sociales.

Tal accionar contribuye al objetivo de la cohesión social y resulta tema central de las prestaciones sociales del Instituto.

No pueden existir al respecto “propuestas aisladas” como propone el poder sino una Política Social ante las situaciones conflictivas que atraviesan muchos jubilados con capacidad de respuesta que vaya desde la perspectiva individual hasta la perspectiva comunitaria.

Desde lo instrumental cabe proponer dos tipos de respuestas que perfectamente pueden ser complementarias y no excluyentes, las asistenciales que buscan atender puntualmente las situaciones de carencias concretas (alimentación, vivienda, cuidados domiciliarios, etc.) y aquellas otras que no necesariamente aisladas de las primeras faciliten el desarrollo de proyectos que tiendan a revertir progresivamente las condiciones que generan dichas carencias.

Sin embargo hay que destacar que ante la magnitud de problemas que sufren los jubilados ambos tipos de respuestas son por ahora insuficientes lo que no desmerece su instrumentación.

A fin de tornar más efectivos los resultados de dichas acciones y aprendiendo del pasado reciente, al frente de los programas no pueden posicionarse técnicos u operadores que actúen con mero criterio clientelístico, por lo que se sugiere el reemplazo progresivo de acciones institucionales por otras de carácter comunitario, auspiciando un modelo novedoso que priorice el desarrollo de EFECTORES COMUNITARIOS desde los actuales Centros de Jubilados y O.N.G.

Dichos Efectores proponen el fortalecimiento estratégico de la Sociedad Civil en defensa de la Obra Social de los Jubilados, frente a un Estado vaciado de vocación nacional y social, priorizando el poder de lo organizacional

Los jubilados desde este concepto dejan de ubicarse como receptores pasivos y vergonzantes de las prestaciones del PAMI y los profesionales en especial del espectro social deben alentar y promover las formas organizativas de los afiliados transfiriendo progresivamente a ellos el conocimiento que la sociedad costeó para su formación.

Desde este nuevo pacto institucional es posible intentar enfrentar la creciente situación de INSEGURIDAD SOCIAL que recorre al grupo poblacional de los jubilados.

Los efectores comunitarios podrán tomar intervención en programas alimentarios (como lo hacen en la actualidad), extender y garantizar las acciones preventivo primarias socio-sanitarias hacia lugares donde no llegan los profesionales, proveer al contralor de programas institucionales en coordinación con los cuerpos técnicos del Instituto e incluso gerenciar proyectos alternativos a la institucionalización que procuren el mantenimiento de los ancianos en sus domicilios (voluntariado y auxiliares gerontológicos domiciliarios).

Sin perjuicio de todo lo dicho el Area Social del Instituto procurará entroncar su accionar con el Area Médica en razón del carácter social e histórico de las enfermedades de los ancianos.

Así el campo de la prevención primaria de enfermedades no quedará reducido a “controlar” enfermedades físicas sino que pisará e inundará el campo de la promoción social.

En la coyuntura se deberán privilegiar una serie de programas destinados a diversificar y eficientizar las respuestas institucionales : AUXILIARES GERONTOLOGICOS DOMICILIARIOS (con ahorro de costos institucionales innecesarios orientados tradicionalmente a internaciones geriátricas y médicas y promoción laboral novedosa) CENTROS DE DIA (desde organizaciones de la comunidad y para ancianos con discapacidades que admitan esta modalidad),HOGARES DE TRANSITO (para emergencias sociales, que luego podrán ser abordadas con otros recursos más adecuados a los casos en cuestión, aprovechando infraestructura municipal o provincial) y FORTALECIMIENTO DEL PRIMER NIVEL DE ATENCION (con el apoyo de profesionales de las Ciencias Sociales a los médicos de cabecera, a fin de resolver las problemáticas en el contexto en el que surgen y a través de la movilización de recursos personales, familiares, institucionales y comunitarios, con uso intensivo y “adelantamiento” en terreno de los agentes de Prestaciones Sociales del PAMI)

Los objetivos de : la integración socio-médica, el énfasis en las acciones preventivas y promocionales , la implicación de los jubilados en el diseño, ejecución y contralor de programas así como la eventual articulación de un Programa Integral de Prestaciones que ofrezca respuestas para las diferentes necesidades de los beneficiarios no provendrá de la aplicación de metodologías sino de la CONSTRUCCION ESTRATEGICA DE ESCENARIOS DE PARTICIPACION EFECTIVA...

“ El concepto fundamental de la Ciencia Social es el PODER, en el mismo

sentido en que la energía es el concepto fundamental de la Física”.

B. Russell

Bs. As., 25/11/96.-

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