UNA CRÓNICA SOBRE EL METODO:
En el “Libro de Manuel” Julio Cortazar anexa un detalle sobre un sin número de violaciones de derechos humanos ordenadas por regìmenes dictatoriales en la década de los 70, junto a una de sus mejores obras en la que describe las desventuras y avatares de un grupo de latinoamericanos exiliados en Europa.
La oportunidad ofrecida por la Maestrìa en Gerontología Social de la UAM brinda algunas similitudes para un conjunto de profesionales latinoamericanos que buscan asilo cultural en cátedras hispanas pero no dejan de reconocer lo angustiante y en ocasiones “violatorio” de muchas situaciones vividas por los mayores en sus respectivos países...
Vaya esta sintética crónica como homenaje y recordatorio del intelectual “comprometido” con su tiempo y con las angustias de su pueblo, y también como reconocimiento para una Europa pródiga en libertades y derechos para quienes la habitan o tienen la “excepcional suerte de acceder a ella...”
La propuesta de trabajo consistente en una investigación de perfil descriptivo-exploratorio sobre situaciones de maltrato con personas mayores transcurrió por distintos momentos cronológicos.
Una etapa de inicio plagada de incertidumbres metodológicas e imbuída de acopio de informaciones en la materia y de acuerdos precarios sobre el ¿Qué hacer?.
Una segunda etapa de estancamiento y de obstáculos ligados a la metodología de investigación que se prolongó por más de cinco tediosos meses.
Una tercera etapa de ruptura del modelo individual de producción de conocimientos, acordada con el Tutor de la Memoria de Investigación, en la que se “descubrieron” nuevos objetivos y caminos metodológicos alternativos, durante la cual se convalidó el modelo de producción social del conocimiento y se detectaron nuevos campos de problemas ligados a los previamente definidos así como la posibilidad de procurar también, importantes beneficios para la institución en la que se desarrolló la investigación. En este momento se sumaron a la reflexión distintos integrantes del equipo de trabajo del Organismo de Garantías , que aportaron propuestas aportes innovadores y trabajos concretos a la iniciativa, motivados por el “catalizador” de la Memoria de la Maestría. Esta fue una etapa muy importante porque se constituyó como un ANALIZADOR el que permitió tomar conciencia a los participantes de la experiencia (a esta altura un grupo) sobre los modos cristalizados de producir tesis RE-PRODUCTORAS de esciciones y fragmentaciones , cuyos efectos devinieron históricamente en pràcticas profesionales e institucionales mitificadoras de la realidad cuando no en efectos “paradojales y no deseados” para con la población de mayores.
En esta etapa se llegó a la conclusión que los cometidos académicos eran secundarios, con respecto a la resolución de las necesidades sociales y que no indefectiblemente deben entrar en conflicto.
En ocasiones el tandem Tutor-Maestrando sule asumir un efecto disciplinador que inhibe ciertas innovaciones, las que conllevan el potencial de poner en tela de juicio la temática del poder, en la sociedad y en las distintas instituciones
Aquí se vislumbró la importancia de delimitar las características de las personas que acudían a realizar presentaciones ante la Defensoría.
También se corroboró que en la mayoría de los casos, quienes tienen una necesidad, no tienen conciencia plena de sus derechos y también se pudo desbrozar que el grupo de funcionarios y empleados de la Defensoría no “vé desde afuera “ el fenómeno del maltrato en todas sus facetas, sino que directa o indirectamente forman parte del mismo, .
Una cuarta etapa de integración entre aspectos técnicos-metodológicos y èticos-ideológicos, durante la cual se procuró la búsqueda de estándares de calidad para los componentes cualitativos de la investigación, con la revisión crítica de los conceptos de validez, confiabilidad y la incorporación de criterios de: credibilidad, confirmabilidad y transferibilidad, teniendo en cuenta los campos epistemològicos diferenciales.
Por otra parte se profundizó el carácter social de la investigación ampliando el ámbito de interlocución, multiplicando las discusiones con sucesivos actores y buscando la operacionalidad de los conceptos emergentes.
En esta etapa se fueron mejorando los instrumentos, se incorporó el uso del paquete informático SPSS para las bases de datos cuantitativos y se previó con especial atención el CONTEXTO DE APLICACIÓN de los conocimientos, que se iban alcanzando en la materia.
En este momento, la tensión con la conceptualización tradicional de la INPEA (Red Internacional contra el Maltrato) adquirió un renovada intensidad, dado que se dimensionó el fenómeno del maltrato en el contexto latinoamericano con una prevalencia mayor a los porcentajes estimados por aquella Red (la que en sus ponderaciones hace exclusión tácita del fenómeno del maltrato institucional-estructural en todos sus matices)
En esta etapa también se acotó el campo de investigación a la temática del MALTRATO INSTITUCIONAL-ESTRUCTURAL, asumiendo la comprensión de que esta era la forma privilegiada de maltrato que se podìa investigar desde el Organismo de Garantías de la Ciudad y frente a la cual los instrumentos diseñados acreditaban cierta supuesta sensibilidad.
Y es también durante este lapso que se puso en crisis el modelo de supervisión de aspectos metodológicos de corte unidireccional. La metodología que funciona como “programas de sistema” del proceso de las Maestrías en general, pasó a integrar los aspectos “sospechados” de ser tributarios de un modelo de aprendizaje no dialógico sino autoritario y re-productor de relaciones de poder y exclusión, el que afianza el saber de unos pocos en desmedro del saber de muchos y que de última garantiza privilegios simbólicos o de poder económico.
Todo ello en el marco de dispositivos académicos de un país que se precia de contar con una educación pública y que no admite mayores procesos de segmentación social y de desintegración después del impacto colapsante de las políticas neoliberales.En particular si se los piensa para el campo de aplicación de los adultos mayores, sector poblacional rezagado en el proceso de afianzamiento de su condición de ciudadanía.
Una quinta etapa en la que reflexión grupal permitió desbrozar que los instrumentos diseñados con anterioridad no medían maltrato institucional-estructural, por el contrario se limitaban a corroborar lo que se sabía de antemano (sobre la existencia de esta forma de maltrato) a partir de lo cual se pudo replantear los mismos, avanzando en la construcción de criterios e indicadores sobre tres grados de maltrato E-I (grave, moderado y leve).
Esta clasificación por demás original, pensada con relación a los niveles de incumplimiento protagonizadas por las cinco instituciones de las que se abrían actuaciones en la Defensoría, a su vez permitió problematizar con mayor profundidad el concepto de maltrato, despejando la idea obstaculizadora y mitificadora de que esta problemática asienta en un solo polo. Representado a través de la violentación por presencia o por defecto, ejecutada por las instituciones (del Sistema de Seguridad Social) en detrimento de adultos mayores. En esta etapa se vislumbró con mucha mayor claridad, que el maltrato es confirmado o desmentido por quienes lo sufren.
Todo ello a expensas de los ricos diálogos sostenidos con el docente tutor y con otros compañeros, sobre el tipo de variables a considerar.
A partir de este momento quedó más evidenciada la matriz vincular presente en esta situación, erigiéndose esta misma circunstancia como un ANALIZADOR de múltiples hechos acaecidos en el Área de Tercera Edad de la Defensoría
Esta circunstancia interaccional y dialógica (desde la cosmovisión de la Teoría de la Complejidad) no hizo más que volver a “poner sobre el tapete” la insuficiencia de aquellas miradas que pretenden entender y solucionar los problemas de la Tercera Edad, invisibilizando algunos de los actores sociales involucrados.
Así se pudo conceptualizar que la problemática del maltrato no tendrá soluciones valederas en tanto no sea asumida activamente por sus damnificados y por la sociedad toda, en términos de su reversión y por conciencia subjetiva y colectiva de los derechos ciudadanos.
Por otra parte se pudo cuestionar activamente el concepto de “especialista”, dado que muchas veces el acopio de información en una materia o campo de la realidad, en lugar de garantizar un conocimiento para una mejor intervención (contexto de aplicación), termina oscureciendo una serie de aspectos operantes en la producción del fenómeno y que el especialista no esta capacitado para comprender y en ocasiones “interesado en ocultar....
La compleja trama de aspectos producidos y productores en la situación de Maltrato I-E, escapa a la mirada “monocular” del especialista.
Licenciado Roberto Orden
No hay comentarios:
Publicar un comentario