domingo, 23 de agosto de 2009

Jornadas de capacitación

JORNADAS DE CAPACITACIÓN

DEL 5 Y EL 6 DE AGOSTO DE 1996

En estos días, me entero por los diarios, que se conmemoró un nuevo aniversario del fallecimiento de Monseñor Angelelli, y recuerdo que en alguna oportunidad leí una frase de su autoría referida a la alegría de vivir en una época de profundos cambios...

No sé, sinceramente, si comulgo con los cambios a que asistimos, pero todos aquellos que transitamos por el camino de las ciencias del hombre y creemos en que son los hombres quienes generan los valores y, en definitiva, mueven las ruedas de la historia, estamos en la obligación de interpretar el tipo de cambios a los cuales asistimos e implicarnos en ellos defendiendo lo que creemos fundamental, que es la humanidad...

Hace varios años un político decía que había que sacar la cabeza para ver hacia dónde iba el oleaje. Al respecto, hoy quiero compartir tres consideraciones que en algún sentido —entiendo— tienen el valor de apelaciones, en un momento en que quienes trabajamos en el espectro social de programas del Instituto pareciera que no acertamos a comprender: ¿qué se espera de nosotros?, ¿qué cambios tenemos que incluir en nuestras conductas profesionales?, ¿hacia dónde va la institución?, configurando todo ello una especie de paso por un precipicio, con el consiguiente temor de caernos al vacío...

Consideración 1.

A propósito del cambio institucional, y desde el Programa de Atención Gerontológica Domiciliaria —que es del cual me toca hablar—, entendemos que desde hace ya largo tiempo en muchas delegaciones venimos trabajando en auspicio del nuevo modelo prestacional, proponiendo la sustitución de una atención fragmentada, mediante prestaciones individuales, por otra mediante sistemas organizados de atención. Por lo dicho, no tenemos que imaginar cómo debemos trabajar; al contrario, hace tiempo que sabemos cómo hacerlo y lo estamos haciendo... Apelo a que no nos esforcemos en encontrar respuestas ajenas a nosotros (a nuestra historia y nuestra identidad), sino que potenciemos lo que venimos haciendo conforme a los tiempos que corren.

Consideración 2.

Si durante el Proceso Militar, la Dictadura hablaba de LIBERTAD y de DEMOCRACIA a su modo, como es que no vamos a poder hablar de FLEXIBILIDAD LABORAL , al modo nuestro y tratando de rescatar lo poco de bueno que trae este concepto.

Hoy asistimos a cambios considerables, que no sólo afectan la cultura institucional, sino los hábitos y las costumbres laborales del conjunto de los trabajadores argentinos. Desde A.G.D. apelamos al uso intensivo del recurso humano institucional y a su ductilidad y funcionalidad para implicarse en distintas tareas, rompiendo oligofrénicas aduanas internas que hoy nos debilitan como grupo humano. Al respecto, auspiciamos la articulación dinámica con otros programas, como usuarios y/o servidores (atención geriátrica, salud física, pro-bienestar, programas preventivos, atención psiquiátrica, discapacitados y otros). Nuestro Programa le propone al personal la inclusión en facetas de capacitación, organización de prestadores comunitarios, acreditación, auditoría y contralor general del servicio, todo lo cual consuena con la moderna y tan mentada reingeniería laboral.

Consideración 3.

En lo que atañe a la seguridad social, el programa de A.G.D. propone el fortalecimiento de la sociedad en virtud del fortalecimiento de organizaciones comunitarias de efectores, las cuales pueden ser O.N.G., cooperativas, centros de jubilados, u otras formas que decidan los alumnos de los cursos, empezando por los grupos de personas que venían desempeñándose como auxiliares percibiendo subsidios. En este sentido, nos sentimos primos hermanos del Programa Pro–Bienestar, (de alimentación para ancianos carenciados, con distribuci{on desde centros de jubilados) sustentándonos en el mismo concepto de gerenciamiento estratégico que prioriza el poder de lo organizacional.

En esta época, en que nos enteramos por los diarios de que hay proyectos para construir barrios cerrados, decimos, desde nuestras identidades profesionales, que la seguridad individual que idolatra el valor del control policial no alcanza, y que la auténtica seguridad es la que cuestiona la fragmentación y auspicia la integración de los grupos: la seguridad social...

Buenos Aires, 5 de agosto de 1996.

Coordinación Programa de Atención Gerontológica Domiciliaria.

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