LOS AUTOCONVOCADOS:
¿QUIÉNES SOMOS? ¿QUÉ BUSCAMOS?
No nos arrogamos la representación del conjunto de los trabajadores: somos una consecuencia natural y esperable del maltrato institucional, las penurias y las expectativas frustradas de muchos compañeros.
Creemos que si el PAMI sigue en pie, ello tiene que ver, en gran medida, con el esfuerzo y la vocación diaria de muchos seres anónimos que con su trabajo vienen oponiéndose al proyecto de demolición institucional...
No aspiramos a reemplazar a los sindicatos, ni pretendemos generar estructuras cristalizadas: aparecimos, desapareceremos y reapareceremos según las necesidades de nuestros beneficiarios y de la institución.
No profesamos credos mesiánicos, y nuestra comunidad tiene ya el suficiente recorrido democrático y demasiadas historias de sufrimientos como para descreer de los “salvadores de
Propugnamos la cultura del trabajo y de la solidaridad social.
Creemos que no hay soluciones dentro del modelo de seguridad individual que algunos impulsan...
Pensamos que dentro de la democracia y de la justicia los procesos son más lentos pero las soluciones son perdurables, legítimas y equitativas.
El pueblo argentino rechaza toda propuesta de privatización, sea velada o manifiesta, que deje a sus mayores en manos de mercenarios de la salud.
No se nos escapa que dentro del PAMI hubo y hay dificultades y casos de macrocorrupción, pero es este gobierno nacional y los que lo precedieron quienes tuvieron y tienen la absoluta responsabilidad en cuanto a la designación de sus máximas autoridades.
Denunciamos el espurio intento de tirar la piedra y esconder la mano (como en otros procesos de privatización), culpabilizando a las víctimas: los jubilados y los trabajadores.
Solicitamos, hoy más que nunca, que se cumpla la ley 19.032, de creación del Instituto, y que se normalice a éste a la brevedad, mediante la constitución de un Directorio conformado por jubilados y trabajadores en actividad.
Proponemos hacer trasparente al máximo ese proceso, por lo cual sugerimos que las personas por designar surjan de un mecanismo eleccionario limpio y democrático (junta electoral, constitución de fórmulas, elección directa por el conjunto de los beneficiarios y renovación periódica de cargos), para que este Instituto no vuelva a ser tutelado por los poderes políticos y económicos de turno.
El pueblo argentino, en esta profunda crisis social, no puede darse el lujo de perder la única institución modelo para la atención de ancianos en Latinoamérica.
Dentro de
Setiembre de 1996.
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